Guía práctica para la coproducción de investigaciones con personas que sufren la vulnerabilidad de la migración, incluidos refugiados y apátridas.
En todo el mundo, académicos, defensores de la causa, organizaciones comunitarias, gobiernos y grupos de reflexión buscan nuevas formas de permitir a los ciudadanos participar en las decisiones colectivas que determinan sus vidas.
Tras muchos años de pérdida de confianza en las instituciones creadas para "arreglar" la privación de derechos, esta oleada de compromiso con asociaciones deliberativas, participativas y significativas entre organizaciones y personas con experiencias vividas renueva la esperanza de que las sociedades puedan desarrollar soluciones consensuadas e innovadoras a retos complejos y a largo plazo.
Esto es especialmente cierto en el ámbito de la migración, donde las conversaciones giran cada vez más en torno a cómo devolver el poder a las personas que tienen experiencia de la migración, en particular las que se encuentran en situaciones vulnerables.
Uno de estos ejemplos de enfoques innovadores y colaborativos es el lanzamiento de las "Directrices para la investigación coproducida con refugiados y otras personas con experiencia vivida de desplazamiento".
Estas directrices, elaboradas con aportaciones de personas que han vivido la experiencia de ser refugiado, académicos y representantes de ONG y organizaciones intergubernamentales, ofrecen estrategias claras para las personas y organizaciones que desean emprender, apoyar o aprender más sobre la investigación coproducida con refugiados y otras personas que han vivido la experiencia del desplazamiento.
En la International Detention Coalition (IDC), consideramos que esta investigación es una herramienta importante que ofrece una orientación pragmática basada en la realidad y la experiencia cotidianas. En nuestro plan estratégico, IDC destaca la necesidad de que las personas que han vivido la experiencia de la detención tengan más poder, influencia y liderazgo en el movimiento para poner fin a la detención de inmigrantes.
Ponemos en práctica esta visión. En colaboración con la Sociedad Akar Umbi de Malasia, el IDC puso en marcha el programa de autodefensa de los refugiados Iniciativa Azalea, un programa de desarrollo del liderazgo femenino cuyo objetivo es capacitar a las jóvenes refugiadas para que se conviertan en agentes de cambio dentro de sus comunidades. En Europa, estamos estudiando la creación de un comité consultivo formado por personas con experiencias vividas. En las Américas, estamos poniendo a prueba un programa de liderazgo basado en la experiencia vivida por los jóvenes. En Oriente Medio y Norte de África, este plan de estudios se está mejorando y adaptando a las realidades contextuales de Oriente Medio y Norte de África, y se está traduciendo al francés y al árabe.
La publicación de estas directrices proporcionará más apoyo y herramientas prácticas para garantizar que se incluye a las personas con experiencias vividas no sólo en la investigación, sino también en las decisiones sobre prioridades de defensa y programación de alternativas a la detención.
Principios clave de la colaboración auténtica
Las directrices introducen una serie de principios clave que deben sustentar la investigación coproducida, allanando el camino hacia prácticas más integradoras y respetuosas.
Apropiación conjunta: Este principio aboga por el debate abierto de las relaciones de poder dentro de los equipos de investigación y por métodos que permitan el control colectivo de las decisiones clave, garantizando que las personas con experiencias vividas tengan una voz significativa en el proceso de investigación.
Inclusión y respeto: La investigación coproducida rompe con la concepción convencional de la experiencia académica y reconoce y valora diversas formas de conocimiento, como el experiencial, el relacional y el local.
Beneficios para todos los implicados: Las directrices subrayan que todos los participantes en la investigación deben beneficiarse de algún modo. Esto puede manifestarse como acceso al capital social, financiero o intelectual. Además, se extiende a las comunidades que participan en la investigación. Garantizar que todos se beneficien crea un entorno mutuamente gratificante, en el que los participantes sienten que sus contribuciones son valoradas.
Seguridad: Todos los investigadores deben reflexionar sobre las posibles consecuencias de la investigación y diseñar estrategias adecuadas para salvaguardarse de los efectos nocivos.
Transparencia y confianza: Se anima a los investigadores a hablar abiertamente de sus sentimientos y a desarrollar la confianza durante el proceso de investigación. Esto incluye ser sensible a las distintas formas de trabajar y a la comprensión cultural.
Problemas comunes de la coproducción
La investigación coproducida, a la vez que empodera y transforma, también presenta varios retos y problemas comunes que los investigadores deben abordar, y las directrices ofrecen consejos prácticos sobre cómo sortearlos con eficacia. Estos consejos abarcan cuestiones como la definición del programa de investigación, el momento de elegir esta metodología, los procesos de selección y la gestión de datos.
Las directrices no son sólo teóricas; también incluyen ejercicios prácticos de formación. Estos ejercicios pueden ayudar a los equipos de investigación a aplicar los principios y recomendaciones en un entorno real, fomentando una comprensión más profunda de las prácticas de investigación coproducida.